Buscando algún postre que fuera ligero y en el que no se utilizara apenas azúcar y basándome en una copa de mango que probé hace varios años, se me ocurrió este postre fresco y sabroso. He intentado potenciar los sabores de las fresas con el vinagre balsámico y el del mango con un poco de canela. Es muy fácil de hacer y se puede preparar con tiempo de antelación, ya que está mucho mejor dejándolo unas horas en la nevera.
Ingredientes: - 1 mango maduro
- 150 gr. de fresas (8 o 10)
- 2 cucharadas de vinagre balsámico
- 300 gr. de yogur natural
- 1 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de azúcar (opcional)
- 6 o 7 avellanas para decorar
Preparación:
Cortar las fresas y el mango en cubos pequeños. Reservar 3 fresas y un trozo de mango para la decoración final de las copas.
En una cazuela pequeña (también puede utilizarse una sartén honda pequeña) cocer durante 3 minutos las fresas troceadas con el vinagre balsámico (yo usé un vinagre de cerezas que le va muy bien). Apartar del fuego y dejar enfriar en otro recipiente.
En otra cazuela pequeña, repetir la operación pero esta vez con el mango troceado, con el azúcar y la canela. Cocer unos 2 o 3 minutos, apartar del fuego y dejar enfriar.
Laminar las fresas y el mango que servirán para adornar la copa y trocear las avellanas.
En las copas para servir poner capas alternas de compota de fresas, yogur, compota de mango, yogur y terminar con las frutas frescas laminadas y un poco de las avellanas. También se podría decorar con hojas de menta.
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